Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree... (Romanos 1:16)

¿Qué es la presentación de niños en la congregación?

Hay solo dos mandatos (ordenanzas) del Señor para la iglesia local, y estos son el bautismo y la Cena del Señor (Mt. 28:19,20; 1 Co. 11:24,25.).

Podríamos inferir que la «presentación de niños» no es requerida por el Nuevo Testamento de forma explícita, y es la verdad, no lo es.

Pero la comunidad de la iglesia se ve expuesta a otras situaciones donde el Evangelio tiene que ser predicado y Dios tiene que ser glorificado como ser: casamientos, funerales, y el nacimiento de niños de matrimonios que son parte de la congregación.

¿Deberíamos acaso ignorar o no hacer nada al respecto en ocasiones tan transcendentales? La Biblia nos invita hacer todo para la gloria de Dios (1 Co. 10:31).

Entendemos que la «presentación de niños al Señor» no es parte del culto a Dios dentro de los parámetros de nuestra confesión de fe (Confesión de Fe Bautista de 1689 – Cap. 22),(1) por tal motivo se hace en un tiempo fuera del culto, pero con la congregación presente (podría ser antes o después del culto).

¿Cuál es la finalidad entonces?

La finalidad es comprometer a los padres del niño y a la iglesia presente a ser un buen testimonio de Cristo a esta nueva vida que se une a la congregación. En especial  es una exhortación a los padres para que guien al niño en el camino del Señor. Se presupone que ambos padres sean creyentes (o al menos uno de ellos, conforme a 1 Corintios 7:14).

¿Cómo es el acto?

El acto es muy sencillo (2). Se hace pasar a los padres al frente de la congregación con su niño/a y el pastor tiene unas palabras de presentación e introducción bíblica breve (ej. Mateo 19:14) y luego se tiene una oración pidiendo a Dios que bendiga al niño y al hogar representado.

Resumiendo

La presentación de niños no se trata solo de un hecho simpático para los padres o familiares, o incluso la iglesia, sino más bien el compromiso solemne ante Dios de criar a nuestros hijos en el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

 Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. (2Timoteo 3:15 ).


NOTAS

(1) Se conoce esto como la «regulación de la adoración».
(2) No es el equivalente al bautismo de niños, ni tampoco hay «padrinos».