Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree... (Romanos 1:16)

La predicación es un medio de gracia de Dios

Mucha gente se pregunta ingenuamente (aunque pocas veces hay ingenuidad en la rebeldía):

-¿Por qué es necesario ir a un salón a escuchar a un predicador? ¿Qué tal si me quedo en mi casa y lo hago por YouTube? ¿No es lo mismo?

La iglesia moderna olvida que Dios dio la predicación del Evangelio como un medio de gracia para bendecir a su pueblo, tanto como para salvar a los pecadores.

Obviamente podemos ser bendecidos por una sermón en YouTube, pero es una forma fácil de llevar nuestra vida en el anonimato y no ser «expuestos» a la Palabra de una manera más profunda y efectiva.

Hoy en día muchos pastores «conversan» con la gente desde el púlpito, pero eso no es lo que Dios determinó para hacer conocer sus verdades a Su pueblo.

El que predica es un embajador en nombre Cristo, por esto la gracia de Dios es impartida cuando un hombre abre las Escrituras para predicarlas en su justo contexto.

Hace cuatro siglos atrás, el puritano Thomas Watson hacia esta pregunta y la contestaba (1)

PREGUNTA. ¿Por qué es la Palabra predicada el medio ordinario para
transmitir la gracia? ¿Por qué no la conversación o la lectura?

RESPUESTA. La razón es porque Dios la ha designado a tal fin, y Él honrará
sus propias ordenanzas. 1 Corintios 11: «Agradó a Dios.» ¿Qué razón podría
ser dada por qué las aguas de Damasco tenían la virtud soberana para curar la lepra de Naamán, como las aguas del Jordán? Solo esto, porque el Señor
designó y santificó la una para esta obra y no la otra. Si, por lo tanto vamos a tener gracia, vamos a esperar donde cae el maná, y allí esperar que el rocío del Espíritu caiga con el maná. El poder de Dios va junto con su Palabra.


1- Fuente de Traducción: http://www.gracegems.org/Watson/beauty_of_grace.htm