Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree... (Romanos 1:16)

¿Es la Cena del Señor algo opcional para el creyente?

Tres puntos de la teología reformada acerca del bautismo y la Cena del Señor

El primer punto claramente enseñado en los Símbolos de la Iglesia Reformada es que los sacramentos son verdaderos medios de la gracia, esto es, medios señalados y empleados por Cristo para comunicar los beneficios de Su redención a Su pueblo. No son, como enseñan los Romanistas, los canales exclusivos; pero son canales. La palabra gracia, cuando hablamos de los medios de gracia, incluye tres cosas:
1. Un don inmerecido, como la remisión del pecado.
2. La influencia sobrenatural del Espíritu Santo.
3. Los efectos subjetivos de aquella influencia sobre el alma. La fe, la esperanza y la caridad, por ejemplo, son gracias.

El segundo punto en la doctrina Reformada acerca de los sacramentos trata de la fuente de su poder. Acerca de esto se enseña en sentido negativo que el poder no reside en ellos. Lo que se niega es que los sacramentos sean la causa eficiente de los efectos de gracia que producen. La eficiencia no reside en los elementos, en el agua empleada en el bautismo, ni en el pan y vino empleados en la Cena del Señor. No reside en las acciones sacramentales, ni en dar ni en recibir los elementos consagrados. Tampoco el poder o eficiencia debida a los sacramentos reside en, ni fluye de la persona por quien son administrados. No reside en su oficio. No hay poder sobrenatural en el hombre, en virtud de su oficio, para hacer que los sacramentos sean eficaces. Tampoco depende la eficiencia de los mismos del carácter del administrador delante de Dios, ni en la intención del mismo, esto es, en su propósito para hacerlos efectivos. El hombre que administra los sacramentos no es un obrador de milagroso . La declaración afirmativa acerca de esta cuestión es que la eficacia de los sacramentos se debe sólo a la bendición de Cristo y a la operación de Su Espíritu. El Espíritu, como debemos siempre recordar, es un agente personal que obra cuando y como Él quiere. Dios ha prometido que Su Espíritu asistirá a Su Palabra; y así ella convierte en un medio eficaz para la santificación de Su pueblo. De la misma manera Él ha prometido hacer efectivos los sacramentos para el mismo fin, por medio de la operación de asistencia de Su Espíritu.

El tercer punto incluido en la doctrina Reformada es que los sacramentos son efectivos como medio de gracia sólo para aquellos que los reciben por fe, por lo que respecta a los adultos. Puede que tengan un poder natural sobre otros además de sobre los creyentes como medio de presentar la verdad y de excitar los sentimientos, pero su influencia salvadora o santificadora es experimentada sólo por los creyentes.

Charles Hodge - Teología Sistemática - Libro II - Capítulo XX

Comentarios:

Hoy el concepto bíblico de la Cena del Señor es casi un gran «desconocido» para el cristiano evangélico. Al tenerse en poco la membresía de la iglesia la gente tiende a pensar en la iglesia como en un club social que se frecuenta. Piensan que el mandamiento de Cristo, respecto a la Cena, «haced esto en memoria de mí» (Lucas 22:19) es un opcional en sus vidas el cual pueden postergarlo indefinidamente o participar de él cuando quede cómodo. Según la Biblia, «la mesa del Señor» es el gran escenario de examen de los creyentes: «Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa.» (1Co 11:28 ). Sin embargo muchas personas que dice ser cristianas no se inmutan por alejarse de las reuniones de la iglesia y por ende de la Cena del Señor, total, dicen: «puedo tener comunión con Dios en casa«. Pensar así, es rechazar el plan de Dios para la adoración corporativa de su iglesia, y no hay tan bendición de Dios cuando se rechaza lo establecido claramente en su Palabra. La persona se autoengaña cuando piensa que puede llevar un cristianismo de esta forma. Es para preguntarse que si la persona que tiene en poco este medio de gracia de Cristo para su iglesia… realmente alguna vez haya conocido la gracia en Cristo.

¿Como se puede pretender tener a Cristo y al mismo tiempo rechazar lo que Él dice en su Palabra?